Era digital

Señor Director:

Agradezco los comentarios de Gastón Soublette acerca de mi apreciación del "alud digital", pero no comparto su visión pesimista frente a los efectos de las nuevas tecnologías ni su exaltación de la vida tradicional. Citando nuevamente a Teilhard de Chardin, creo que la pregunta sobre el sentido de la vida sólo puede tener respuesta si alzamos la mirada hacia adelante. El futuro nos convoca a una sociedad donde los lazos humanos sean más fuertes y más densos. Cuando en mi juventud leía sus reflexiones sobre la noosfera, el progreso y el crecimiento de un espíritu colectivo, nunca pensé que me tocaría asistir a su surgimiento palpable, material, real.

Por cierto que comprendo la ambivalencia de todo fenómeno humano, también de la era digital. La actitud adecuada -a mi juicio- no está en añorar una civilización rural, preindustrial, definitivamente superada por la historia -y que también tenía sus sombras, limitaciones y violencias-, sino en vivir apasionadamente el presente y el mañana. ¿Cómo no percibir las enormes posibilidades de libertad y creatividad, de comunicación, participación y cultura que ofrece internet? Se trata de un lenguaje a disposición de crecientes mayorías, sin dueño; un espacio común que todos podemos usar, donde germina la sabiduría planetaria de los problemas, conquistas y desafíos de la humanidad.

Hoy existe certeza de los límites y errores de la modernidad, ¡pero qué sería de nosotros sin sus logros y adelantos! El camino de la espiritualidad se construye a partir de la conciencia histórica actual y, para el cristiano, da origen a la esperanza de construir siempre tiempos mejores.

JOSÉ ANTONIO VIERA-GALLO
Ministro Secretario General de la Presidencia